¿SE PUEDE CREAR UN FANTASMA?: EL EXPERIMENTO PHILIP

Sin duda las manifestaciones paranormales son un fenómeno que no deja indiferente a nadie. Puedes creer fehacientemente en ellos, no darles la menor importancia o pensar que no es más que la invención de unas cuantas personas que quieren tener su minuto de gloria. La cuestión es que desde la antigüedad se tiene referencias de este tipo de sucesos y son muchas las personas que se han dedicado a su estudio.


Desde que se empezó con el estudio de los fenómenos paranormales muchos especialistas han afirmado que cierto tipo de manifestaciones, como pueden ser los poltergeists o, incluso, la visualización de algún tipo de entidad, pueden ser creados por nuestra propia mente. Es por ello por lo que se han hecho numerosas pruebas con distintas personas y aparatología, para poder certificar que esta fenomenología no es más que una función desconocida de nuestro cerebro.


Hoy os vamos a hablar de uno de esos experimentos, concretamente el que realizó el Dr. Owen, miembro de la Sociedad de Investigación Psíquica de Toronto, en septiembre de 1972.


Este matemático quería demostrar si el inconsciente colectivo podía dar forma y materializar a un fantasma. Para ello, reunió un grupo de ocho personas, cinco mujeres y tres hombres, de distintos ámbitos laborales pero tenían algo en común, todos creían en estas entidades pero no sabían realmente lo que era ni de dónde provenía y, además, ninguno de ellos tenían ninguna capacidad Psíquica especial. A este grupo, entre los que se encontraba la mujer de Owen (expresidenta de una organización para personas con alto coeficiente intelectual), un diseñador industrial, un contador, un ama de casa, un estudiante de sociología, se les unía, en ocasiones, el psicólogo Joel Whitton en calidad de observador.


A este grupo se le ocurrió la idea de crear un falso fantasma, es decir, se inventaron un personaje, Philip Aylesford y le dieron vida. Para ellos Philip fue un noble inglés del siglo XVII, estaba casado, pero se enamoró de una joven gitana con la cual tenía relaciones en una cabaña cerca de su castillo. Como suele ocurrir, su mujer se enteró y acusó a la chica de bruja. Philip pudo evitar que se la juzgara, pero por vergüenza no hizo nada. Al final, la chica fue declarada culpable y la quemaron en la hoguera. Atormentado, el noble se fue hacia la torre de su castillo y se suicidó.


Para seguir recreando la supuesta historia de este personaje, realizaron un retrato de él y se imaginaron cómo debería haber sido su vida en ese castillo. Establecieron sus costumbres, su ropa y describieron perfectamente ese castillo imaginario para así poder interiorizarlo al máximo.


Y así fue cómo empezaron con el experimento, se reunían en una sala iluminada para hablar y meditar sobre él, tratando de hacer una imagen de Philip, pero, al cabo de un año, no habían conseguido ningún resultado. Algunos comentaron que en ocasiones habían sentido la presencia de algo en la habitación, incluso habían podido escuchar algún susurro, pero en las grabaciones no quedó nada plasmado.


Después de este tiempo decidieron cambiar de escenario, intentaron reproducir el ambiente de una sesión espiritista de la época victoriana. Así que apagaron las luces, se sentaron alrededor de una mesa y pusieron objetos de esa época en la sala. A las pocas sesiones recibieron la primera respuesta por parte de Philip por medio de golpes en la mesa por lo que establecieron un código, un golpe para decir sí y dos para el no.  ¿Y cómo supieron que estaban hablando con Philip? Pues sencillo fue la supuesta entidad la que se lo hizo saber por ese método cuando le preguntaron…


Fueron pasando las sesiones y con ellas aumentaba el número de respuestas de Philip. Eso sí, respondía con claridad a las respuestas que ellos habían concebido mientras creaban su figura, si las preguntas eran distintas a la historia que ellos conocían, las respuestas no eran tan claras…


¿Podemos decir con este experimento que la supuesta entidad y sus respuestas fueron creadas por el subconsciente colectivo de las personas que estaban haciendo el experimento?


Pues viendo las evidencias parece ser que el fantasma de Philip fue creado por la mente colectiva de todos los que allí estaba. Sin embargo… hay algo que llama la atención. A las manifestaciones de Philip a través de los golpes de la mesa se les unió otro tipo de fenómenos paranormales…
Si les pedían que apagara las luces de la sala, las apagaba. Las encendía de la misma manera. Movía la mesa, hacía ruido por la habitación, aparecía una brisa de la nada e, incluso, también se formó en alguna ocasión una niebla en el centro de la mesa. Ante todo esto, se invitó a un equipo de televisión para que hiciera un documental del experimento. Así que esa noche, Philip mostró todo su poder ante el grupo, el equipo de investigación y un grupo de 50 invitados que se encontraban allí para ver en persona los resultados. Jugaba con las luces a petición del grupo, movía la mesa e, incluso, llegó a levantarla del suelo unos centímetros. Todos fueron testigos de estos fenómenos y, el equipo de grabación lo filmó todo con gran lujo de detalles. La pena, que debido a la poca iluminación de la sala en la grabación no se aprecia la levitación de la mesa.


Debido al éxito del experimento, la sociedad de Investigación Psíquica de Toronto lo volvió a realizar en dos ocasiones más, eso sí, tanto el grupo de investigación como los personajes eran distintos. Así inventaron a Lilith, una agente de inteligencia del Canadá francés, A Sebastián, un alquimista medieval, Skippy Cartman, una niña australiana de 14 años y a Axel, un hombre del futuro. Con todos obtuvieron los mismos resultados, eran capaz de producir comunicaciones a través de los golpes en la mesa. Sin embargo, nunca consiguieron lo que principalmente querían, materializar a ningún supuesto espíritu.Entonces… ¿este experimento demuestra que los fenómenos paranormales son causados por el inconsciente de las personas?

Pues veréis, como en todo hay varias teorías… Algunos especialistas concluyeron que el experimento había demostrado que los fantasmas no existen y que las manifestaciones paranormales eran producidas por la mente humana. Sin embargo, para otros, lo que demuestra el experimento es que, a pesar de haber invocado a un personaje ficticio, al final lo que se manifestaba era una entidad real que adoptaba el papel del personaje inventado para así “jugar” con ellos ya que los fenómenos poltergeist eran reales y así lo habían visto muchos testigos.


La verdad es que sea como fuere, los fenómenos paranormales sucedieron y, tanto si es producido por la mente como si es por una entidad, seguimos sin tener una explicación científica a tales hechos.

J.R. y S.V.

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