LA HISTORIA DE «EL SÁDICO BRIBÓN»

Un asesino en serie es una persona que asesina a dos o más personas en un extenso espacio de tiempo, con un periodo de «enfriamiento» entre cada crímen y cuya motivación se basa en la gratificación psicológica que le proporciona cometer dicho acto

Este término fue acuñado en 1981 y al primer criminal al que se le imputó fue a Ted Bundy, después de que asesinara y violara a cerca de 40 chicas y fuera condenado a muerte por ello. Pero de él hablaremos en otra ocasión…

Pero si existe este término es gracias a la labor que hizo el agente del FBI John E. Douglas y su compañero Robert Ressler. Debido a la gran proliferación de casos de asesinatos múltiples que había en EEUU en la época de los 60, el FBI creó la Unidad de Ciencias del Comportamiento y pusieron a su cargo, al joven Douglas.

Estos dos agentes especiales se dedicaron a visitar las distintas cárceles de EEUU en donde cumplían condena 36 asesinos de este tipo. Por la forma que tenían de estudiar cada caso, cada criminal y al, ser tan exhaustivos, se pudo dibujar un perfil psicológico de este tipo de personas ya que encontraron una series de características en su personalidad que se repetían entre ellos, creando así los primeros perfiles criminales del FBI

Todos los asesinos habían sufrido abandonos o malos tratos en su infancia. En su edad escolar habían sido o acosadores o víctimas. Muchos de ellos habían cometido algún crimen de índole sexual, lo que les daba sensación de poder, eran narcisistas, manipuladores y maltratadores de animales y no sentían ningún tipo de remordimiento por sus actos

Después de llevarse más de veinte años estudiando y dando perfiles de los asesinos en serie les quedó una cosa muy clara, estas personas no tienen un gen que les haga ser asesinos sino que caminan hacia la maldad. Por mucho que intentaran en su defensa alegar que tenían una enfermedad mental y recibir así una menor condena, no son enfermos sino que en realidad la maldad existe y es en casos como éstos donde se ve perfectamente representada.

Si los casos de asesinos en serie nos son incomprensibles dado que no llegamos a entender el como una persona puede a llegar a realizar estos actos, más nos cuesta digerir cuando su protagonista tiene una edad bastante corta. Por desgracia contamos con varios sucesos en los que la inocencia de un niño desaparece hasta convertirse en unos verdaderos monstruos…

Esto es lo que pasó con Jesse Pomeroy, un chico que tuvo una infancia dura y llegó a pasar a la historia como unos de los primeros niños asesinos del mundo…

Jesse Harding Pomeroy nació el 29 de noviembre de 1859 en Charleston, Massachusetts. Era el segundo hijo del matrimonio formado por Thomas y Ruthann Pomeroy. Su infancia no fue un camino de rosas, se dice que su padre era alcohólico y, cuando se enfadaba, se llevaba a sus hijos a una cabaña en donde los desnudaba y los golpeaba continuamente. Pero… Lejos de causarle terror a Jesse, empezó a sentir placer con esas palizas a las que era sometido

Jesse era un niño que nunca sonreía, era retraído y solitario, tal vez porque su aspecto físico era diferente al de los demás niños de su edad. Su cuerpo era muy grande, al igual que su cabeza y orejas. Su cara poco favorecedora y para colmo, su ojo derecho carecía de iris y pupila, lo que hacía que al mirarle provocara algo de escalofríos. Quizás por esto los niños del barrio abusaran de él cuando era más pequeño a pesar de que ya mostraba tener ataques de nervios e ira de vez en cuando

Pronto empezó a aflorar su malicia. En su casa no podía haber animales ya que Jesse se encargaba de ejecutarlos. Un día aparecieron los canarios de su madre con las cabezas arrancadas y, en otra ocasión, lo descubrieron maltratando al gato de sus vecinos. Jesse ya estaba dando señales de su futura conducta. Al sentir placer por las palizas recibidas se le sumaba la satisfacción personal que sentía al matar a animales. Estaba claro que había algo en su mente que ya no andaba bien…

Pero pronto cambió de presas, su sadismo con los animales no lo satisfacía y buscó algo mayor, algo que hizo temblar a toda su localidad…

Con tan solo 11 años empezó a atacar… Su primera víctima fue William Paine, un niño de tan sólo 4 años que fue hallado en diciembre de 1871 por dos hombres mientras caminaban. Al oír un llanto, se acercaron para ver de donde provenía, el sonido salía de una pequeña cabaña. Entraron a ella y vieron al pequeño suspendido de una cuerda del techo que estaba atada a sus manos. Aunque lloraba, Willian estaba en un estado semiconsciente, al descolgarlo vieron cómo su espalda estaba lleno de laceraciones y moretones. El pequeño fue incapaz de identificar a quien le hizo eso

A los dos meses su siguiente víctima fue Tracy Hayden de 7 años. En Febrero de 1872 Jesse le engañó diciéndole que iban a ver a soldados para llevarlo a un lugar apartado. Una vez allí, lo amarró y lo torturó. Al pequeño se lo encontraron con los ojos morados, varios dientes rotos, la nariz partida y el torso lleno de heridas y moratones. En este caso Tracy si pudo dar una pequeña descripción de su atacante: era un muchacho con el pelo castaño aunque de poco sirvió

En Abril de 1872 Jesse se encontró con Robert Maier, un chico de 8 años al que prometió llevarlo al circo. Andaron hasta que estuvieron totalmente apartados del mundo y allí lo desnudó casi por completo y lo golpeó con una vara mientras que Jesse se masturbaba. Cuando terminó lo soltó y amenazó con matarlo si le contaba algo a alguien

La policía empezó a buscar a un adolescente de pelo castaño pero pronto cambiaron el retrato robot del chico que tenía atemorizado a todos los pequeños de su ciudad. No se sabe por qué, empezaron a buscar a un joven con barba y pelirrojo por lo que Jesse se sentía a salvo de esta búsqueda.

Se tomó un descanso hasta Julio. En esta ocasión encontró a un niño desconocido de 7 años el cual fue golpeado hasta que Jesse alcanzó el orgasmo. La policía, deseando dar caza al «sádico bribón», que era como le llamaron, ofreció una recompensa de 500$ por cualquier información que los ayudara

Pero la madre decidió trasladarse con su familia al sur de Boston, quizás sospechaba que su hijo estaba detrás de esos sucesos y por eso lo hizo. Pero seguramente, tras lo que sucedió después, ya no le quedó ninguna duda… Los ataques en esa ciudad cesaron pero como imagináis, empezaron a ocurrir en la zona en donde se instalaron

El primer chico que atacó fue a George Pratt. Jesse se lo encontró en la calle y le prometió dinero si le ayudaba a hacer un recado. Evidentemente se lo llevó a un lugar apartado y allí, después de atarlo y desnudarlo, le arañó, le mordió, le golpeó con un cinturón y le clavó una aguja larga en varias partes del cuerpo, incluso intentó clavársela en un ojo pero George se puso en posición fetal y finalmente no pudo. Cuando estuvo satisfecho lo dejó tirado y huyó. Fue en ese instante cuando la policía pensó que los ataques estaban producidos por un demente y se dieron cuenta de que no iban a parar

Su siguiente víctima sería el niño de 6 años Harry Austin que, además de propinar la habitual paliza que dio a todos sus antecesores, incluyó una navaja de bolsillo con la que hirió los brazos y los hombros de su víctima. Aunque en este caso Harry tuvo un poco de suerte ya que cuando el «Sádico Bribón» se disponía a cortarle el pene notó la presencia de unas personas cercana al lugar donde se encontraba y huyó de la escena del crimen

A los pocos día la mala fortuna hizo que se encontrara con Joseph Kennedy a quién obligó a rezar oraciones pero con la letra cambiada, diciendo auténticas obscenidades, mientras él le golpeaba y apuñalaba. Además le cortó la cara con su navaja y lo llevó a la orilla del mar para ponerle agua con sal en las heridas

El siguiente en encontrarse con el «sádico Bribón» fue Robert Gould, de 5 años. Al pequeño lo engañó diciendo que lo iba a llevar a ver a los soldados pero en realidad lo sometió cerca de una estación de tren. Aunque la suerte se puso un poco de la parte de Robert ya que justo cuando Jesse iba a empezar a apuñalarlo, se dio cuenta de que estaba siendo visto por unos ferrocarrileros y tuvo que huir. A pesar de su corta edad y de la paliza recibida, Robert si pudo dar una descripción más exacta de su atacante. Él fue el que le dijo a la policía que la persona que le había pegado era un joven adolescente de cabellos castaños y con un ojo completamente blanco

Gracias a la descripción de Robert Gould, la policía empezó a ir a los colegios públicos para buscarlo. En Septiembre de 1872 fueron a la escuela de Jesse, los agentes iban acompañados del joven Kennedy pero no logró identificarlo entre todos los alumnos de la escuela

Pero el «Sádico Bribón» decidió tentar a la suerte, esa misma tarde se acercó a la comisaría en donde Kennedy seguía declarando y, al pasar cerca del pequeño, lo reconoció sin ninguna duda y lo detuvieron. Durante las primeras declaraciones se mostraba tranquilo mientras decía que era inocente. No fue cuando lo despertaron en su celda a mitad de la noche y, tras amenazarle con que iba a estar encerrado hasta que cumpliera 100 años, cuando él ya se declaró culpable. Al día siguiente llevaron a la comisaría a todas sus víctimas y todas coincidieron en lo mismo, Jesse era la persona que les había dado tan brutales palizas

Juzgaron al «Sádico Bribón», evidentemente tenían todas las declaraciones de los testigos por mucho que su madre testificara a su favor. Cuando le preguntaron a Jesse el por qué lo había hecho sólo pudo decir «no pude evitarlo…» mientras agachaba su cabeza. Fue condenado a ingresar a un reformatorio hasta que cumpliera los 18 años

Así que con 12 años lo ingresaron en el reformatorio juvenil de Westborough. Pero en esa época en la que realmente eran pocos los que se reformaban dentro de una de esas instituciones, Jesse pronto se dio cuenta de que si quería salir antes de los 18 años de allí sólo podía hacer una cosa… portarse bien. Así que pasaba la mayor parte del tiempo solo ya que los mayores le molestaban y los más pequeños hacían que volviera a florecer su lado sádico. El tiempo que no estaba aislado lo pasaba dando clases obligatorias y haciendo trabajos forzados. Jesse se había convertido en un recluso modélico así que a los 15 meses de su ingreso le concedieron la libertad condicional y pasó a una supuesta estrecha vigilancia por parte de sus padres

Tanto la familia como la policía pensaban, tras el comportamiento que había tenido en el reformatorio, que tras su puesta en libertad y teniendo que encargarse a ayudar a su madre y hermano en sus distintas tiendas, Jesse se convertiría en un ciudadano normal, por lo que no debían ser muy duro con él. No avisaron a su vecindario de su puesta de libertad por lo que para todos ellos, el «Sádico bribón» seguía cumpliendo condena y ellos estaban a salvo sin un joven salvaje en las calles…

Nadie sabe qué pensamientos pasaban por la cabeza de Jesse en ese tiempo, un chico que había demostrado tener una gran maldad y sin embargo, había sido lo suficientemente listo como para engañar a las instituciones con su comportamiento ejemplar y ahorrarse años de condena. Todos pensaban que había cambiado, que se había integrado en la sociedad y que haría lo que ellos esperaban pero nada más lejos de la realidad…

Sólo tuvo que pasar dos meses desde su puesta en libertad para que la verdadera naturaleza de Jesse volviera a salir a la luz… El 18 de Marzo de 1874 estaba limpiando la tienda de su madre mientras hablaba con Kohr, un empleado de la tienda que tenía su misma edad. En ese momento llegó Katie Curran, una niña que quería comprar un cuaderno. Jesse, viendo la oportunidad que se le presentaba, mandó a Kohr a la carnicería para comprar comida para las mascotas y se quedó con la niña a solas. La engañó diciéndole que sólo le quedaba un cuaderno en el almacén pero que al estar manchado, lo tenía que limpiar antes. La niña lo siguió confiada hacia las escaleras que bajaban al supuesto almacén. Allí la degolló brutalmente… Después de asesinarla, la dejó en ese sótano, se lavó y regresó a seguir limpiando la tienda como si nada hubiese ocurrido.

La madre de la pequeña, extrañada de que no llegara a casa salió en su busca, sin resultado alguno. Avisó a la policía de su desaparición pero, aunque el empleado declaró que la pequeña había estado en la tienda, no buscaron relación con los antecedentes de Jesse y menos, cuando alguien aseguró que habían visto cómo había sido introducida en el vagón de un tren. Para todo, la niña había sido secuestrada y nadie más la buscó

Pasó muy poco tiempo para que el joven volviera a actuar. Esta vez sería contra un chico al que engañó prometiéndole dar dinero si lo llevaba a una dirección que él no conocía. Harry Field lo acompañó al lugar y, una vez allí, amenazó con matarlo. Sin embargo apareció un vecino de Jesse que evitó que ocurriera lo inevitable ya que el pequeño huyó corriendo de la zona

Pero pronto encontró a su siguiente victima, en esta ocasión fue Horace Millen, un niño de 4 años al que le compró pasteles para ganarse su confianza y se lo llevó a la parte pantanosas del sur de Boston prometiéndole que allí verían barcos de vapor. Al llegar allí Jesse cogió su cuchillo y lo degolló. El cuerpo fue encontrado al poco tiempo por unos niños que estaban jugando por la zona y avisaron a unos cazadores que estaban por allí. Como podemos suponer la familia del pequeño, junto con la policía lo empezaron a buscar en cuanto se dieron cuenta de su desaparición. A las nueve de la noche la policía avisó a la familia de que habían encontrado el cuerpo del pequeño. Según supieron al lavar el cadáver del pequeño, a la herida del cuerpo se le sumaban 18 puñaladas en el tórax, una en el ojo y heridas en el escroto que indicaba que lo había intentado castrar


La policía pronto encontró testigos de personas que habían visto al pequeño caminando de la mano de un joven y, seguidamente les vino a la cabeza ese chico que había puesto en jaque a la ciudad unos años antes pero que, en ese momento tenía que estar cumpliendo condena en el reformatorio. Pero su sospecha pronto se convirtió en realidad, en cuanto cotejaron la información averiguaron que “el Sádico Bribón” estaba realmente libre por lo que fueron a su casa a buscarlo

Al ser interrogado por la policía, Jesse, tan tranquilo como siempre, hizo como el que no supiese nada del tema. Pero su coartada no explicaba contundentemente dónde se encontraba entre las 11 y las 15h de ese día por lo que esa noche durmió en el calabozo de la comisaría

Mientras tanto, la policía cogió los zapatos del Sádico Bribón y vieron que estaba lleno de lodo, se lo llevaron al lugar del crimen y allí confirmaron sus sospechas… Jesse había estado en la escena junto con al pequeño.

Al despertarlo al día siguiente le llevaron al depósito para que viera el cadáver y comunicarle lo que habían averiguado tras seguir la pista de la suela de sus zapatos y no fue hasta entonces cuando Jesse por fin admitió lo que había hecho mientras sollozaba y pedía que no le dijeran nada a su madre de lo que había ocurrido. Para la madre fue un duro golpe ya que ella estaba segura de que su hijo había aprendido la lección cuando estuvo en el reformatorio. Ella era incapaz de pensar que su hijo era un verdadero sociópata que disfrutaba matando a otras personas, ni cuando al cabo del poco tiempo, el cadáver de Kattie fue encontrado al iniciar unas obras en el sótano de su tienda, en un avanzado estado de descomposición…

Al encontrar el cuerpo de la pequeña Jesse volvió a negar cualquier vinculación con el suceso. No confesó hasta que la policía no le indicó que, al estar en un establecimiento de la familia, su madre y su hermano podrían verse condenado por ello. En ese momento fue cuando se derrumbó y explicó todo lo que ocurrió ese día en el que la pobre niña sólo quería comprar un nuevo cuaderno

Durante el juicio, la defensa intentó por todos los medios que se viera a Jesse como un pobre chico que estaba mentalmente enfermo. Sabía que por asesinato le correspondería la pena de muerte y debía evitarlo a toda costa. Sin embargo en el juicio quedó totalmente constatado que el “Sádico Bribón” sabía perfectamente lo que hacía en cada momento por lo que al final se le sentenció a morir en la horca… Pero ahora existía un problema, no había nadie que fuese capaz de firmar una pena de muerte a un niño de tan sólo 14 años…


Hasta que al final el gobernador Alexander Rice decidió imponerle la cadena perpetúa eso si, con una particularidad, en una celda solitaria… y así fue como pasó gran parte de su vida en prisión, sólo recibía la visita de su madre hasta que falleció, pero el resto del tiempo estaba solo. Ese tiempo lo aprovechó, además de intentando escapar como la ve que hizo un túnel desde su celda hasta la tubería del gas, aprendiendo idiomas y viendo como, a través de los libros que le era facilitado, el podía volver a revisar su juicio para que lo declarasen enfermo mental y así pasar la condena en un psiquiátrico


Pero nunca lo consiguió, pasó 40 años confinado en soledad hasta que en 1917 le revisaron la pena y le dejaron estar con el resto de la población reclusa. En 1929 lo ingresaron en un hospicio para que pasara sus últimos días de vida ya que estaba muy enfermo.

Falleció en 1931 tras una larga agonía y sin mostrar nunca arrepentimiento por los actos que había cometido

J.R. y S.V.

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