El 10 de Abril de 1.912 zarpaba de Southampton el Titanic en su viaje inaugural rumbo a Nueva York. En ese momento se trataba del mayor transatlántico del mundo con un desplazamiento de 52.310 toneladas, 269 metros de eslora y 28 metros de manga. Tras zarpar de Southampton hizo escala en los puertos de Cherburgo (Francia) y Queenstown (Irlanda) donde embarcaron la mayoría de pasajeros de tercera clase. Cuando el Titanic puso rumbo al Atlántico transportaba 2.223 personas a bordo entre tripulación y pasaje.
El Titanic era el mayor de los tres buques de la Clase Olympic construidos para la White Star Line. Los otros dos eran el «RMS Olympic» y el «HMHS Britannic». El único de los tres barcos que agotó su vida útil fue el Olympic, ya que el Britannic se hundió en aguas del Canal de Kea el 21 de Noviembre de 1.916 cuando realizaba labores de barco hospital durante la 1ª Guerra Mundial. La causa fue una gran explosión que abrió un agujero en el casco, pero hay dos teorías. El impacto con una mina o un torpedo alemán.
Pero volvamos al Titanic. Eran los últimos minutos del domingo 14 de abril de 1.912. El coloso navegaba velozmente sobre las aguas gélidas del Atlántico Norte a una velocidad de 22,5 nudos (41,7 Km/h) . El vigía Frederick Fleet se encontraba en la cofa del mástil situado en proa cuando vió una enorme sombra recortada contra el cielo estrellado. Un iceberg. Fleet hizo sonar la campana e informó al puente de mando de la presencia de un gigantesto iceberg. El desenlace es de sobra conocido. El Titanic impactó por la amura de estribor contra la masa de hielo. Dos horas y 40 minutos después del impacto, a las 2:20 del lunes 15 de abril, la popa del Titanic se alzó en la noche y rápidamente se sumergió en el agua dejando en torno a varios cientos de pasajeros que se debatían en el agua helada sin esperanza de salvarse. El Barco de los Sueños, el gigante insumergible, del cual se decía que «Ni Dios podría hundirlo» descendio por las oscuras, frias y serenas aguas hasta descansar para toda la eternidad a una profundidad de 3.821metros, a unos 400 km al sudeste de Terranova.
Mucho se ha escrito de la mística que envolvía al buque, de sus leyendas, del comportamiento heróico de la mayoría de los miembros de la tripulación, de que el mayor número de fallecidos correspondía a los pasajeros de Tercera clase. De teorías conspiranoicas acerca de que en realidad no se trataba del Titanic si no del Olympic rebautizado con intención de cobrar una indenmnización del seguro. Pero hoy no voy a hablaros de eso. Hablaremos de fantasmas. Y el misterio acerca del Titanic nace mucho antes de que se construyese, concretamente el año 1.898, catorce años antes del naufragio del Barco de los Sueños.
En aquel año Morgan Robertson (30 de septiembre de 1861 – 24 de marzo de 1915), que fue un oficial estadounidense de la marina mercante, escribió «El naufragio del Titán», una novela que narraba el naufragio de un gran transatlántico de vapor en aguas del Atlántico Norte tras impactar con un Iceberg. Pero no acaban ahí las coincidencias. En la novela de Robertson, el «Titán» era un buque de dimensiones y características casi idénticas al «Titanic». Y si indagamos más resulta sorprendente comprobar las similitudes que existen entre la ficticia obra de Robertson y el desenlace real del Titanic.
Semejanzas entre el Titanic y el Titán:
Insumergible
El Titanic fue el transatlántico de lujo más grande del mundo en su época y fue descrito (casi como) «insumergible». El Titan fue la embarcación más grande y fue considerado como el mejor trabajo del hombre , y tambien era considerado «insumergible».
Número de hélices y mástiles’
El Titanic tenía tres hélices y dos mástiles. El Titan estaba equipado con tres hélices y dos mástiles
Botados en abril
El Titanic zarpó desde Southampton, Inglaterra en su viaje inaugural en abril de 1912. El Titan también fue botado en abril, también desde Southampton.
Golpearon un iceberg
Desplazándose demasiado rápido, a 23 nudos, el Titanic golpeó un iceberg en la noche del 14 de abril de 1912, en el Atlántico Norte a 400 km de distancia de Terranova.
También en una noche de abril en el Atlántico Norte a 400 km de Newfoundland (Terranova), el Titan golpeó un iceberg mientras viajaba a 25 nudos.
El insumergible hundido
El insumergible Titanic se hundió, y más de la mitad de las 2.223 personas a bordo murieron gritando por ayuda.
El indestructible Titan también se hundió, y más de la mitad de sus pasajeros murieron (sólo 13 sobrevivieron).
El número de pasajeros del barco de Robertson era de 3.000 y contaba con apenas 24 botes. En la realidad, el Titanic tenía 2.207 personas a bordo y solamente 20 botes salvavidas, una cantidad insuficiente para la cantidad de pasajeros, tanto en la novela como en la realidad
La eslora del barco de la novela era de 243 metros; algo inferior a la real del Titanic que era de 269 metros (solo 26 metros de diferencia).
Realmente resulta asombroso . Pero no es lo único extraño. Antes de zarpar es posible que el Titanic ya transportara fantasmas. Se cuenta que en el casco del Titanic quedaron atrapados algunos operarios durante su construcción. Hay testimonios de la época que narran como se oían golpes contra las planchas de acero.
Hay testimonios que cuentan que desde la sala Marconi del Titanic aún se siguen mandando mensajes de auxilio. El 15 de abril de 1972, exactamente 60 años después de la tragedia del Titanic, un telegrafista a bordo del barco americano Theodore Roosevelt recibió un mensaje SOS y el remitente, por increíble que suene, era el Titanic. El joven aviso al capitán sobre el mensaje, pero este le dio la orden de no responderlo ni mucho menos desviarse del rumbo.
Al llegar al destino, las autoridades de EE.UU. afirmaron que todo había sido un error y que el mensaje nunca existió. El joven telegrafista no quedó muy convencido con la respuesta, así que por su cuenta comenzó a averiguar qué había ocurrido realmente. Y descubrió que los mensajes SOS del Titanic habían sido recibidos cada 6 años: 1924, 1930, 1936, 1942, 1948, 1954, 1960, 1966 y 1972, el año en que él lo recibió. En abril de 1996 en la prensa canadiense apareció la información de que el buque ‘Quebec’ había recibido un nuevo SOS de Titanic.
Además de los mensajes SOS, hubo dos apariciones de pasajeros fantasmas. La primera apareció en 1990 en Noruega, una joven estaba sobre un iceberg cuando una embarcación la rescató y al hacerle preguntas ella afirmó llamarse Winnie Coutts, llevaba un atuendo similar al usado a principios del sigo XX y reveló el paradero de los demás pasajeros del Titanic. La policía investigó su nombre y descubrió que una mujer llamada Winnie Coutts se encontraba en la lista de pasajeros.
El 9 de agosto de 1991 otro buque noruego de investigaciones marítimas, el ‘Nayper Larsson’, descubrió casi en el mismo lugar, a unos 365 kilómetros al suroeste de Islandia, a un hombre de edad avanzada vestido con uniforme de White Star Line, la empresa propietaria de Titanic. Lo llevaron a Oslo, donde el análisis de su dactilograma coincidió con la de 1912 del capitán Edward John Smith. Pero el fantasma de Smith también se aparece en la que era su casa en Staffordshire, Inglaterra . Los actuales propietarios cuentan que se han encontrado con el espectro del Capitán recorriendo las estancias del inmueble, a la par que han sentido una brisa gélida en sus rostros.
Otro fenómeno relacionado con Capitán. Una noche de 1977, Leonard Bishop, segundo oficial del trasatlántico de lujo Winterhaven, daba una ronda por la cubierta del barco cuando fue interceptado por un pasajero. El pasajero le pidió de manera cortés que si podía darle un recorrido por la cubierta, a lo que Bishop accedió. Durante el pequeño paseo, Bishop notó que el hombre parecía interesado en cada detalle de la embarcación; incluso elementos técnicos y relacionados a la construcción del barco. Eso le produjo una sensación de incomodidad, pero la descartó achacándola a que tal vez el hombre era un fanático de la navegación.
Tras el paseo, se despidió de él y no volvió a verlo; pero esa sensación de que algo no iba del todo bien se quedó con él. Bishop olvidó la historia durante años, hasta un día que encontró una fotografía mientras paseaba por un museo naval. Al preguntar sobre la identidad del hombre en la imagen, pues le resultaba familiar, la sorpresa de Bishop fue mayúscula al darse cuenta de que se trataba del Capitán Edward John Smith (o alguien muy parecido).
Existen testimonios acerca de la aparición espectral del mismísmo Titanic en el llamado «Callejón del Iceberg», en la costa de Newfoundland y muy cerca de donde el Titanic descansa bajo las aguas.
Durante la segunda mitad del siglo XX un gran número de barcos de pasajeros, militares y comerciales registraron encuentros con orbes de luz que parecían volar sin rumbo al ras del agua, interferencias en las señales de radio y llamadas de auxilio que provienen de la nada. En una ocasión, la tripulación de una nave mercante incluso reveló haber estado a punto de colisionar con un gigantesco trasatlántico que emergió de la nada y se desvaneció metros antes de impactar contra el.
Los expertos en lo paranormal sugieren que en muchas ocasiones, los espíritus de personas que murieron en circunstancias trágicas pueden arraigarse a objetos, muebles o lugares. Por esto, no resultaría descabellado creer en los incontables reportes de actividad sobrenatural en colecciones y exhibiciones relacionadas con el naufragio.
La exposición «Titanic: The Artifact Exhibition» en el hotel Luxor de Las Vegas, cuenta con más de trescientos objetos recuperados del Titanic; y naturalmente, tiene bastantes historias de eventos fantasmales en torno a ella. Por ejemplo, tanto visitantes como personal del hotel aseguran sentirse observados o seguidos por presencias invisibles, el ruido de pisadas en el suelo alfombrado o voces que conversan entre sí; golpes y empujones; así como sombras y figuras etéreas que recorren las salas y pasillos. El guía de la exposición, Joe Zimmer, incluso ha sido atacado por un espíritu que tira de la ropa y el pelo de la gente, y cuenta que también ha escuchado música de orquesta de violines proveniente de salas vacías o cerradas al público.
Uno de los espíritus más famosos es el de Frederick Fleet, el vigía que vio el iceberg esa noche. Y es que aunque Fleet logró sobrevivir, vivió el resto de su vida con un abrumador sentimiento de culpa; hasta suicidarse en 1964 después de perder a su esposa. Fleet ha sido visto en la recreación del salón principal del Titanic, junto a una mujer joven con un vestido negro y el cabello atado en un moño.
El incidente más famoso con esta mujer espectral, ocurrió el mismo día de la inauguración de la exposición. Ese día, un fotógrafo estaba preparando su cámara para la inauguración cuando vio a una mujer con ropa de inicios de siglo descendiendo por la escalera réplica del Titanic. Esto lo extrañó, pues hasta donde sabía no tenía porqué haber personal o visitas presentes a esa hora. De cualquier forma, le pareció adecuado pedirle que posara para una fotografía. La mujer sin embargo, se limitó a observarlo por un momento y después desapareció en el aire.
Otro fenómeno es el de una fotografía de Bruce Ismay, entonces dueño y director administrativo de la White Star. Una mañana, el personal del hotel asignado a la exhibición encontró la fotografía en el suelo de la sala principal. Lo que las cámaras de seguridad revelaron al poco tiempo, hizo que varios empleados renunciaran: Resulta que en las grabaciones, se aprecia como la fotografía empieza a sacudirse violentamente, para luego ser movida por una presencia invisible.
Otra exhibición del Titanic supuestamente embrujada, es la Titanic Aquatic del acuario de Georgia; con relatos parecidos a los de la exposición del Luxor. Apariciones, ruidos repentinos, música de principios del siglo XX, ataques físicos y fenómenos de voz electrónica se cuentan constantemente; pero el fantasma más aterrador es el de una anciana decrépita que se manifiesta en la réplica de uno de los camarotes del barco; ésta anciana se aparece de golpe y se desvanece soltando carcajadas.
J.R.










