Siguiendo con vampiros y cine mudo, a lo mejor muchos no sabéis que existe (o más bien existía) una película rodada por la Metro Goldwing Mayer en 1.927 llamada «Londres después de medianoche», dirigida por Tod Browning e interpretada por Lon Chaney en el papel principal.
He comentado al principio que existía porque supuestamente no queda ninguna copia del film, ya que por lo visto ardieron en un pavoroso incendio en los estudios de la Metro en 1.967, aunque se rumorea que pudiera haber una en poder de un coleccionista anónimo que pagaría una fortuna por la preciada copia, aunque nada de esto está demostrado.
Actualmente si la buscáis en Youtube podréis ver una reconstrucción con fotogramas, música y diálogos escritos de la historia de vampiros que nos propone Browning. Yo la he visto y la historia no tiene nada del otro mundo, pero realmente la estética de Chaney es inquietante, desazonadora, terrorífica y perturbadora. Incluso los dientes de sierra se los limó y le dió esa forma para interpretar el papel de vampiro jefe. Fue la primera película de vampiros proyectada en Hollywood, y fue tal el impacto visual y el pavor que provocó que fue prohibida en Estados Unidos y España, entre otros países. Hubo espectadores con ataques de pánico y brotes psicóticos, incluso un joven bostoniano asesinó a su novia alegando que el vampiro se le aparecía constantemente ,le hablaba y le incitaba a que la matase, ya que le estaba siendo infiel. Otros sucesos extraños que envuelven de misterio ésta película son los sendos incendios que se produjeron en dos salas de cine durante la proyección de la misma.
A esto hay que sumarle que muchos de los actores fallecieron al poco tiempo de finalizar la película, aquejados de diferentes tipos de cáncer. Lone Chaney murió de cáncer de pulmón en 1930, solo tres años después de acabar su papel de vampiro en esta película. El director Tod Browning, moriría a consecuencia de un cáncer de laringe. Solo por citar dos casos.
Según la leyenda, todos estos lamentables sucesos vienen precedidos de una oscura maldición. Las causas, según cuentan, es que los vampiros que juegan un papel secundario en este largometraje no eran actores, sino vampiros de verdad que fueron dispuestos por los productores.
Nada o casi nada se sabe de ellos, toda vez que al finalizar el rodaje se les perdió la pista, aunque este mito ya nos suena de Nosferatu, que como recordaréis también se comentaba que su protagonista era un chupasangre auténtico. La verdad es que después de ver los pocos fotogramas que quedan de ella, puedo comprender el pavor que causó en el mundo de 1.927. Cuando me levanté del sillón y apagué el televisor, miré a mi espalda por si acaso veía una sombra con capa y sombrero de copa entre sombras detrás mia, y es que ya se sabe, amigos, con los chupasangres uno nunca está tranquilo.
J.R.



