Durante la corta vida de éste blog he publicado varios artículos de celebridades perseguidas por la maldición, la desgracia, sus demonios y sus fantasmas. Hollywood cuenta con un gran número de relatos y leyendas fantasmales de sus glamourosos protagonistas a lo largo de las décadas. Hoy vamos a conocer a Peg Entwistle, actriz británica nacida en febrero de 1.908 y que se suicidó el 18 de septiembre de 1.932 lanzándose desde la letra «H» del letrero «Hollywood» situado en el monte Lee que forma parte del Parque Griffith, en el distrito de Hollywood Hills, en Los Ángeles, California.
Nuestra protagonista eligió tan arquetípico lugar, cuna del glamour y símbolo del sueño americano para poner fin a su corta vida. El famoso letrero fue inaugurado en 1.923 y hasta 1.949 ponía «Hollywoodland». Hay quien dice que el «Land» del final se suprimió porque la gente empezó a asociar las 13 letras de la palabra con la desgracia de Peg. Pero al parecer se debe mas a temas de competencias de mantenimiento del cartel, ya que Hollywoodland era la zona residencial que anunciaba inicialmente el cartel.
Debía refrescar aquella noche del 18 de septiembre de 1.932 en Los Ángeles. El verano tocaba a su fín y el otoño tocaba a la puerta. Peg Entwistle en el tocador de su habitación en la casa de su tío se pulverizaba unas gotas de perfume de gardenia en su cuello, escribía una nota que dobló y guardó cuidadosamente en su bolso. Se puso un bonito vestido blanco que le prestó una amiga, se maquilló, se miró con expresión melancólica en el espejo por última vez y salió de la habitación.
Le dió un beso a su tío y le dijo que iba a visitar a unos amigos. Cogió su abrigo y se encaminó al Monte Lee. Una vez allí se quitó el abrigo, lo dobló cuidadosamente depositándolo en el suelo y puso su bolso sobre el. Se subió a lo alto de la gran letra «H» gracias a una escalera de mantenimiento. La brisa nocturna meció sus rubios cabellos por última vez. Peg contempló las brillantes luces de la ciudad. Esa ciudad a la que viajó desde su Reino Unido natal en busca de la fama y el éxito. Esa ciudad, y ése cartel, iban a ser su final de trayecto.
Cerró los ojos y se lanzó al vacío, dándole un final dramático y poético a su corta carrera y a su corta vida.
A la mañana siguiente un excursionista se encontraba con tan dramática escena. El cuerpo sin vida de Peg yacía inerte a los pies de la gran «H». La autopsia del cuerpo de Peg muestra que hubo fracturas múltiples en la cadera. Al parecer la actriz no murió al instante,quedó agonizado durante un tiempo antes de morir.
La nota de suicidio hallada en su bolso rezaba: ” Tengo miedo, soy un cobarde Lo siento por todo, Si hubiera hecho esto hace mucho tiempo,habría ahorrado mucho sufrimiento.»
¿Y qué llevo a la joven actriz a tomar tan fatídico camino?.
Peg nunca tuvo una existencia fácil. No era más que una niña cuando su madre murió de forma inesperada, lo que hizo que se mudara con su padre a la ciudad de Nueva York. Unos años más tarde, su padre fue atropellado en Park Avenue, muriendo en el acto.
En su adolescencia, Peg solo tenía en mente conseguir una carrera como actriz en el respetado mundo de Hollywood, lo que la llevó a ganarse papeles en los teatros de Boston y Broadway. La mismísima Bette Davis dijo que Peg Entwistle fue su inspiración a la hora de dedicarse a la actuación. A los 19 años, se casó con el actor Robert Keith, sólo para descubrir que había estado casado anteriormente y tenía un hijo de seis años de edad, lo que fue motivo de divorcio.
Peg parecía haber encontrado el camino hacia el éxito tras trabajar con estrellas de la talla de Dorothy Gish y Laurette Taylor, pero por entonces ya estaba luchando contra los demonios de la depresión. Sin embargo, Peg quería triunfar en Hollywood y se trasladó a Los Ángeles en 1932 con la esperanza de que la contratasen para actuar en películas importantes. Pero la desgracia le vino tras actuar en la película “Trece mujeres”, dirigida por George Archainbaud y protagonizada por Irene Dunne. Las críticas negativas destruyeron las esperanzas de éxito de Peg Entwistle y la llevaron a una grave depresión, que intentó mitigar de la peor manera, bebiendo hasta perder la consciencia y convirtiéndose en alcohólica.
Se sentía vacía y fracasada, su sueño se vió truncado, no lo pudo soportar y decidió hacer caer el telón de su vida.
O al menos su vida terrenal. Porque hay quien asegura que Peg nunca se fue de los alrededores del gigantesco cartel.
Los guardas forestales del Monte Lee llevan décadas afirmando que han visto a una bella mujer rubia vestida con elegante ropa de los años 30 pasear ausente y con aire melancólico por los senderos existentes en las inmediaciones del cartel. Cuando estos se acercan a averiguar quien es esa chica o si necesita algo, la presencia se desvanece sin dejar rastro.
De un episodio similar fueron testigos una pareja que paseaba junto a su perro por el bosque de Beachwood Canyon en 1.990. El animal comenzó a comportarse de manera extraña, metiendo el rabo entre las patas traseras, gruñendo y gimiendo. Ante sus atónitos ojos vieron salir de entre los árboles a una joven rubia vestida con un elegante abrigo negro que les miró directamente. Parecía aturdida y desorientada,se acercaron para ver si la podía auxiliar y desapareció. La pareja en cuestión desconocían por completo la historia de Peg y no sabían nada de apariciones fantasmales en aquel paraje.
John Arbogast, un guarda del parque, afirma haber visto el fantasma de Peg en varias ocasiones. John relata que la presencia fantasmal se aparece con más frecuencia al atardecer y cuando hay una niebla espesa, y sobretodo que se aparece acompañada por el fuerte olor a gardenias, que era la fragancia favorita de Peg en vida.
Devin Morgan, una residente de Beachwood Canyon, también dijo haber olido la fragancia de gardenias. Una tarde, Devin estaba de excursión por el monte cerca del cartel de Hollywood, cuando observó claramente la figura de una mujer.
“Era extraña”, dijo Devin. “En vez de caminar, parecía que se deslizaba. No estaba flotando, no parecía un fantasma, pero había algo muy, muy extraño en el ambiente, como un olor intenso de perfume de gardenias.”
Más recientemente, cuatro amigos se encontraron cara a cara con el fantasma de Peg, una historia que incluso apareció en el programa de televisión del canal Syfy “Paranormal Witness”. Tina, Alain, Brian, y Al decidieron ir a visitar el famoso cartel de Hollywood. A pesar de que está prohibido el acceso, saltaron la valla y se dirigieron hacia el cartel. En su camino de regreso, Brian resbaló y cayó colina abajo. Mientras se incorporaba, vio a alguien por encima de él.
“Era una mujer, con un vestido de los años 30”, dijo Brian. “Llevaba tacones y un velo sobre su rostro. Ella subió sin esfuerzo hasta la colina. Sus pasos no hacían ruido.”
Pero si indagamos mas en ésta triste y extraña historia nos encontramos casualidades sorprendentes.
El marido de Peg, Robert Keith, era el padre del actor Brian Keith (Nevada Smith y El Viento y el León). En 1997, Brian también se suicidó, diez semanas después de que su hija se suicidara.
Poco después de la muerte de Peg Entwistle, llegó una carta a su casa de una productora de Hollywood, ofreciéndole un papel para una obra de teatro. El papel era de una mujer que se suicidaba.
Nadie puede dudar de que la vida de Peg Entwistle estuvo plagada de trágicos sucesos que la llevaron directamente al suicidio. Pero cuando Peg estaba en vida quería triunfar, no pensaba en otra cosa, y parece ser que su espíritu continúa en la búsqueda de ese sueño, buscando el aplauso de una platea repleta de smokings y visones. Imaginándose en la alfombra roja siendo admirada y deslumbrada por los flashes, o bebiendo champagne francés del brazo de algún galán de Hollywood embriagado por su belleza y el olor de su perfume de gardenias.
J.R.



