Hoy va de crónica negra y fantasmas, como suele pasar, una cosa va despues de la otra. A día de hoy es conocida la presencia de cierto espectro por los rincones de la actual sala Joy Eslava de Madrid.
El edificio Eslava se inauguró en septiembre de 1871 como sala de conciertos y almacén de instrumentos musicales. Años después se transformaría en teatro-café. Tenía capacidad para 1.200 espectadores Fue el empresario Bonifacio Eslava, sobrino del compositor Hilarión Eslava, quien lo promovió. Y enseguida empezó a acoger representaciones de zarzuelas y teatro, con autores de prestigio como Arniches, García Lorca o Valle Inclán. También adquirió fama en la capital por el tinte erótico de algunas de sus representaciones.
El teatro se consolidó y cualquier aspirante a dramaturgo habría matado por estrenar sus obras en el Joy Eslava, y el primero de nuestros protagonistas llevó esta frase hasta el final.
Alfredo Vidal Planas catalán nacido en 1.889 era un bohemio relativamente apocado que había alcanzado el éxito gracias a esa obra que dicen que era biográfica cuando se enamoró de una prostituta a la que intentó sacar de la calle Ceres. De personalidad débil, falto de carácter y envidioso patológico, era la antítesis del 2º protagonista de nuestra historia, Luis Antonio Olmet, al cual conoció durante sus correrías por tabernas y prostíbulos del Madrid nocturno y bohemio de principios del siglo XX.
Luis Antón Olmet era un bilbaíno nacido en 1886 robusto,mujeriego, orgulloso de haberse conocido y a parte, propietario de un diario llamado El Parlamentario que se vendia mas bien poco, pero se encargaba de las crónicas de sucesos. Como era frecuente por la época, del bajo mundo del periodismo y la escritura consiguió ascender a las altas esferas de la política, siendo diputado de la derecha en 1914 y, posteriormente, intentando alcanzar este puesto en las filas de la izquierda.
Al margen de su amor a la juerga y a los prostíbulos, empiezan a colaborar juntos. Luis esta casado con la hija de un oficial de la marina, tiene fama de culto y sin escrúpulos, Alfonso en cambio es bohemio y ha pasado varias veces por la cárcel. Aun así,estrenan juntos en el Eslava la obra «El señorito Ladislao» que es un fiasco, tras ocho funciones se retira del cartel y anuncian una obra de Luis en solitario «El capitán sin alma» pero como los dos son amigos, no es raro que Alfonso acuda de vez en cuando a los ensayos para ver a Luis.
El 2 de marzo de 1923, Alfonso se presenta en el teatro poco antes de las tres y como Luis no está, le hacen esperar en el despacho del Eslava. Luis entra a las tres en punto y los que estaban fuera oyeron voces de discusión que iban elevándose cada vez más. Al parecer, había una mujer de por medio. De repente, retumbó una violenta detonación. A continuación, se abrió la puerta y apareció Alfonso Vidal gritando «¡Le he matado!, ¡era un miserable!». En la mano llevaba una pistola Star del calibre 9. Detrás suya, en medio de un charco de sangre, yacía el cadáver de Antón de Olmet. Alfonso fue detenido y llevado a la Dirección General de Seguridad donde era incapaz de explicar que era lo que había pasado llegando a decir, que el disparo fue accidental en un forcejeo cuando las pruebas muestran que Luis fue disparado por la espalda y que ni siquiera se había llegado a quitar el impermeable negro que le cubría el traje, por lo que no tuvo tiempo de defenderse.
y aquí toma importancia la anteriormente mencionada obra autobiográfica con la que se dió a conocer Alfonso, «Santa Isabel de Ceres». Elena, la prostituta sobre la que se basó la obra Santa Isabel de Ceres y de la que Alfonso estaba enamorado perdidamente. El juicio se celebró el 12 de mayo de 1924 y la defensa se basó en que Alfonso se había enterado de que Luis se entendía con Elena y eso le sacó de quicio pero argumentó que el disparo fue accidental. Elena por su parte declaró que había conocido a Luis cuando tenía catorce años siendo el primer protector que tuvo cuando empezó a prostituirse y que de hecho, le había presentado a Alfonso para que le sacase dinero pero se enamoró de él y Luis al saberlo, la quiso de nuevo solo para él cosa que había puesto en conocimiento de Alfonso e hizo que se le cruzasen los cables.
Fue condenado a 12 años de prisión de los que tan solo cumplió tres, se casó con Elena en prisión, se fueron a Estados Unidos y de ahí a Tijuana donde falleció Alfonso en 1965.
Desde entonces hay quien dice que el fantasma de Olmet permanece en la Joy Eslava. Por las noches, después de cada espectáculo, cuando el personal de limpieza ha terminado su tarea, los vigilantes de seguridad oyen puertas que se cierran de golpe, luces que se encienden y se apagan, el murmullo de una sombra que se desliza por los pasillos. Algunos aseguran haber visto la imagen espectral de un hombre con levita y sombrero con rostro apesadumbrado mirando su reloj de bolsillo, quien sabe si esperando el comienzo de su función o esperando a su amada Elena. Otros afirman haber visto a un tipo raro caminar con urgencia entre los jóvenes que bailan y ríen entre música y copas en la actual discoteca. Es el fantasma de Luis Antón Olmet, que aparece de madrugada para ver la representación de su obra y recibir la felicitación de su dama. Pero no las encuentra y por eso sigue apareciendo cada noche. Esperemos que encuentre lo que busca y reciba el aplauso y el beso que busca a la caída del telón.
J.R.





