Hace un año Cuarto Milenio analizaba la foto que les envié. En la misma parece adivinarse la silueta de mi perro Lucas, que murió un año antes. Cuando miro la imagen me sigue impactando. El vivir algo así de casualidad y sin buscarlo fue definitivo para intentar encontrar respuestas lógicas a lo que no parece tenerla. Desde entonces investigo, analizo, busco y me sorprendo. No tengo respuestas, pero quizá deba agradecerle a Lucas, mi amigo al que tanto echo de menos, que me empujase a iniciar lo que se ha convertido en una pasión. Gracias perrito. Te echo de menos todos los días.
EL COMIENZO DE TODO




